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Pequeño comercio, escaparatismo real y acciones 2.0

Mi óptico compró una partida de monturas de colores en liquidación y las puso a la venta a 30 euros. A los pocos días entró al local un ‘moderno’ que alternaba. vivía o curraba por el barrio -Chamberí es muy de las tres cosas- y compró un par, sin graduar, of course.
Poco después ambos coincidieron en el bar de al lado tomando una caña, y a mi óptico se le encendió la bombilla: «chicos, enseñadme a manejar la página esa que habéis creado en Facebook«. Y una vez a los mandos, escribió su primer post:
«Gafas de pasta sin graduar + caña con torreznos, 30 euros».

Ahora se arrepiente de no haber comprado más y promete que repetirá la promo en cuanto se haga con otra partida.

Todos sabemos que no hay cosa que más le guste a un moderno/indie que salpicar sus lupas con espuma de cerveza y acompañar ésta con algo contundente.
Mi óptico, además, lo aprechó para vender gafas.

DE ESCAPARATISMO REAL Y ACCIONES 2.0
Hace un año asistí en Salamanca a una charla sobre el futuro del comercio tradicional y el sector textil. Uno de los ponentes era Enrique Loewe quien comentó la sorpresa -elegante sinónimo de ‘espanto’- que le había producido pasear por las calles comerciales de la ciudad y ver el horror vacui en los escaparates (de las pocas tiendas que no están en manos de Inditex o del grupo Cortefiel, añado yo).

Muchos de los allí presentes nos sorprendimos por el comentario, ante los años de costumbre, pero nos dimos cuenta de lo ‘cargado’ de razón que estaba Loewe.

Recordé que en los 80s, cuando mi madre pedía en una zapatería «un zapato negro de tacón en el 7» los dependientes subían del almacén con la parte superior del cuerpo oculta tras 10-12 cajas. Ahora la respuesta suele ser «mira el escaparate y dime cuál te saco».

Es decir, toda la mercancía está expuesta, como en los grandes almacenes. Con la diferencia de que el trato en estos suele ser más cordial y además si no te convence, lo puedes devolver.

Parece claro que la continuidad del comercio tradicional local pasa por adaptarse a los nuevos tiempos. Y hay quien empieza a intentarlo.

En septiembre del pasado año la cámara de comercio de Salamanca organizó unos cursos de marketing e internet 2.0. Entre los ponentes, miembros de ‘charrosfera‘, grupo de profesionales del mundo de la comunicación, publicidad y marketing on line, convencidos de que hay futuro para el social media en la ciudad castellana.
De momento una de las industrias cárnicas locales más antiguas ha abierto cuenta en twitter ¡y ‘tuitea’!

EL ÉXITO DEL CRAFT EN LAS REDES.
Lo confieso hasta hace unos meses no sabía qué era un amigurumi.
Pero en mi timeline y en el entorno de mi ‘vida real’ se empezó a hablar de los muñecos de punto japoneses, de lo ‘maja’ que era Merche de Black Oveja… Un año antes, de lo encantadoras que eran las chicas de La Antigua y los colgantes tan ‘chulos’ que hacía Lady Desidia
Y acabé sabiendo decir ‘amigurumi’ del tirón y explicando ‘lo que es’; sigo a Black Oveja en twitter y cuando paso por delante de su vidriera miro con admiración a las chicas que ‘hacen cosas con sus manos’, y grabé una pieza de video on line en La Antigua de Pez.

Esto es, el moviento craft-nuevos diseñadores ha sabido encontrar su hueco en las redes sociales y las iniciativas -locales, cursos…- surgidas en torno a ellos acaban siendo ‘trending topic de largo recorrido’ entre las aficionadas.

TÚ PUEDES SER EL CM DE TU NEGOCIO
Parece claro que la presencia de los pequeños comercios/negocios en redes sociales supone un nuevo y efectivo ‘boca a oreja’ que ayuda a la captación de nuevos clientes a corto y medio plazo.
Solo hay que conocer las herramientas.
En muchas cámaras de comercio y asociaciones de comerciantes y pymes han empezadoa a impartirse cursos como el mencionado párrafos más arriba.
Para ir abriendo boca, aquí van algunas pistas:

– Crea una fanpage en Facebook con el nombre del negocio
: si no es un nombre muy común, aparecerá en los primeros resultados de búsqueda de Google.
En ‘información’, cuenta dónde está, el teléfono, el horario (actualízalo si cambia) y a qué os dedicáis. En el muro, cuelga información y fotos sobre los nuevos productos, lo más vendidos, aviso de inicio de rebajas; crea promociones para seguidores de la fanpage… Contesta e interactúa. Para empezar a conseguir seguidores, invita a tus amigos a seguir la fanpage; coméntaselo a los clientes; pon el logo de Facebook en la pared y en las bolsas….

– Si te atreves, lánzate a crear un perfil en twitter. No es tan ‘visual’ como Facebook pero tiene su público, y no es tan difícil como lo pintan 😉

Date de alta en portales tipo 11870 como empresa y utiliza bien las etiquetas (no tengas miedo a repetir: si tienes una tienda de ropa de señora, pon ‘moda’, ‘ropa mujer’, ‘confección’…)

Si tienes un restaurante, date de alta además en portales de búsqueda de establecimientos de restauración tipo salir.com

– ¿Tienes mucho que contar, al menos semanalmente, sobre tu establecimiento o marca? Crea un blog con el nombre del mismo. Y recuerda, en ‘about me’ indica dónde está tu negocio y a qué os dedicáis, y un teléfono o mail de contacto.

Revisa semanalmente lo que se dice de ti en las redes: si alguien no ha quedado satisfecho y escibe una crítica negativa sobre tu local en alguna plataforma de servicios, esto puede restarte fiabilidad y por tanto clientes: entérate de qué ha pasado, contesta su comentario en buen tono y trata de enmendarlo. Esto se llama gestionar tu reputación on line.

De ahí a vender on line hay un salto más pequeño de lo que se cree a priori.