Archivo de la etiqueta: Casa Mariol

Vinos: por su etiqueta los reconocerás

Hay bodegueros que hace tiempo empezaron a cuidar los recipientes del vino casi tanto como el contenido, desde la forma y el color de las botellas al de la cápsula, los tipos de corcho… y por supuesto, las etiquetas. Unos con más tino que otros.

TRIO INFERNAL: UN GUIÑO A LA AMISTAD

Trío infernal es una película francesa de enredos; y el nombre que los viticultores Laurent Combier, Peter Fischer y Jean Michel Gerin dieron a su proyecto común en el Priorato. Image
Combier, piloto aficionado, aterrizó un día con su avioneta en el aeropuerto de Reus y en un bar de Torroja de Priorat negoció con unos lugareños la compra de los viñedos (la versión larga dice que Rene Barbier les ayudó en las gestiones, pero Combier me contó la corta). Puesta la pica en el Priorato, volvió al Ródano y empezó a diseñar con sus amigos y socios la estrategia de Trío Infernal.

En un alarde de espíritu gamberro, adoptaron como identidad visual de la marca tres caras que parecen dibujadas a mano, en un estilo infantil.

Las etiquetas frontales de las botellas tienen sin embargo una linea -relativamente- clásica, con un diseño limpio y neutro, donde la única ‘licencia creativa’ es el nombre de los vinos, numérico: 0/3; 1/ 3 y 2/3. Elegantes pero con potencia, como los vinos. Y fácilmente reconocibles e identificables desde las estanterías de supermercados y vinotecas.

CASA MARIOL: SOBREPASAR LOS LÍMITES
“Beber vino debe ser divertido y disfrutable, no algo elitista o estirado. […] hay una nueva generación de bebedores de vino que quieren aproximarse y experimentar con vinos contemporáneos.” Son palabras de Miquel Angel Vaquer, director ejecutivo de Casa Mariol, una bodega de Terra Alta, que apostó por renovar la identidad visual de la marca e hizo el encargo a la agencia  Bendita Gloria.

En el último Mad in Spain estos expusieron el caso y dividieron al auditorio con el resultado del lavado de cara de las etiquetas: monocroma, en colores intensos -rojos, morados, naranjas, amarillos…- con tipografía que imita el estilo del wordart. “Nos inspiramos en los carteles de los locales de la calle”, apuntaba Santi Fuster, quien reconoció que fue un regalo para la agencia contar con un cliente tan dispuesto a aceptar las propuesta.

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Todo (me) parecía inofensivo, un exceso de jóvenes diseñadores aceptado por un cliente-amigo para darle salida a los vinos de la bodega familiar… hasta que Fuster cometió el error de decir que no había que tomar el vino en serio…

MATSU EL PÍCARO, EL RECIO Y EL VIEJO                                                                                           Hace un par de años paseando por Salamanca vi en el escaparate de una tienda de delicatessen tres botellas de vino decoradas cada una con lo que parecía una fotografía de un joven, un señor de mediana edad y un anciano, tocados todos ellos con gorra campera.

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Entré en la tienda y me explicaron que se trataba de un vino de Toro, de viticultura dinámica presentado en tres versiones: joven, con tres meses en barrica; crianza de 14 meses y crianza de 16.

Por internet me enteré de que Matsu es un proyecto de Vintae, empresa bodeguera liderada por los hermanos Arambarri Pérez, y fundada por el padre de estos, que elabora vinos en 8 denominaciones de origen.
Los Arambarri encargaron el diseño de la etiqueta de Matsu al estudio riojano Moruba, y el impactante resultado ha sido premiado en diversas ocasiones; entre ellas, en la edición 2010 de  Alimentaria donde recibieron el BestPack al mejor packaging de vino.

El camarero de un bar donde sirven el Recio por copas me contó que varios clientes le habían pedido ese vino solo por la botella, sin preguntar referencia alguna -ni uva, ni zona…- convencidos de que una botella con tal etiqueta solo podía contener algo excelente. Y no se equivocaban.